El siglo XX

El siglo XX ha constituido una época de intensos contrastes. A pesar de ser un período de conversaciones de paz, en él se han desarrollado las guerras más mortíferas de la historia. Así mismo, a pesar de los progresos democráticos, en él han surgido los regímenes más totalitarios, opuestos a la democracia donde un solo partido se apropiaba de las instituciones del Estado.

1. Las crisis del siglo XX

La Primera Guerra Mundial

Las rivalidades imperialistas y los problemas territoriales dentro de Europa dieron lugar a una serie de alianzas: Gran Bretaña, Francia y Rusia, por una parte, y Alemania, Austria-Hungría e Italia (que posteriormente cambiaría de bando), por otra.

Estos fueron los dos bloques que se enfrentaron en los primeros momentos de una guerra (1914-1919) a la que más tarde se unieron Estados Unidos, Japón y otros países y que alcanzó grandes dimensiones. Causó unos 10 millones de muertos y provocó un cambio de fronteras en algunos países de Europa. Vías de comunicación, campos, industrias, etc., quedaron destrozados, y Alemania, considerada la gran culpable de la guerra, se vio obligada a ceder territorios, perdió sus colonias y tuvo que pagar las destrucciones ocasionadas. Estas duras condiciones hicieron surgir en Alemania un sentimiento de revancha.

Los fascismos

Los fascismos fueron regímenes políticos autoritarios que triunfaron en Italia y Alemania después de la Primera Guerra Mundial. Su ideología se caracteriza por un fuerte sentimiento nacionalista, el desprecio a las democracias y la defensa de la superioridad de unas razas sobre otras.

Mussolini, en Italia, y Hitler, en Alemania, se hicieron con todo el poder, crearon un estado totalitario, suprimieron las libertades y los partidos políticos y respondieron con violencia ante cualquier oposición. El fanatismo de Hitler por mantener la pureza de la raza aria llevó al exterminio de millones de judíos en campos de concentración.

El crack de la bolsa de Nueva York en 1929

Después de la Primera Guerra Mundial, Europa quedó arruinada. Sin embargo, fue capaz de recuperarse y vivió una época de optimismo, en la que la producción crecía cada vez más y que ha sido denominado por algunos "los felices años 20". El panorama cambió en 1929, año en el que estalló una crisis económica que provocó el hundimiento de la bolsa de Nueva York. Estados Unidos exportó la crisis al reclamar a Europa el dinero que le había prestado. La industria y la banca europeas también se hundieron, y los precios agrícolas cayeron. El comercio internacional se estancó, y la pobreza y el paro se extendieron.

La Segunda Guerra Mundial

Con los fascismos dio comienzo un nuevo tipo de imperialismo, apoyado en una poderosa industria de guerra. En 1939, Alemania e Italia, países a los que luego se unió Japón, movidos por un afán expansionista, desencadenaron la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). En el otro bloque estaban Gran Bretaña y Francia, países a los que se sumaron después Bélgica, la URSS y Estados Unidos, entre otros.

Esta guerra, que afectó a un territorio aún más extenso que la anterior, y en la que se perfeccionó el armamento existente (portaaviones, misiles, bomba atómica, etc.), costó la vida a más de 50 millones de personas. Las naciones europeas perdieron la hegemonía frente a Estados Unidos y la URSS; Alemania fue ocupada militarmente, y algunos de sus dirigentes fueron juzgados por cometer crímenes contra la humanidad.

Las consecuencias de la guerra

Al término de la guerra, en 1945, se fundó la Organización de las Naciones Unidas (ONU), con el objetivo de salvaguardar la paz mundial.

Sin embargo, el mundo había quedado dividido en dos bloques o zonas de influencia por la formación de sendos pactos militares: la OTAN, en el bloque capitalista, formado por los países occidentales de Europa y Estados Unidos, y el Pacto de Varsovia, en el comunista, con la URSS a la cabeza de la mayor parte de los países del este europeo. Dieron comienzo, de este modo, a la carrera armamentística y a la Guerra Fría, un período de tensión sin llegar al enfrentamiento armado directo entre los dos bloques.

España en el siglo XX

España no participó en ninguna de las dos guerras mundiales. En cambio, sufrió una guerra civil que comenzó en 1936 y terminó en 1939 con el triunfo de un régimen militar presidido por el general Franco. En 1975, don Juan Carlos I fue proclamado rey. España alcanzó la democracia con la Constitución de 1978 en la que se adoptó la monarquía parlamentaria como forma de Estado.

2. El mundo después de la guerra

La creación de la Comunidad Económica Europea

Estados Unidos, que no había sufrido en su territorio los desastres de la guerra, apoyó económicamente a los países de Europa occidental, que habían quedado devastados. Esto reactivó su comercio y sus finanzas, mientras que en Europa se originó una nueva sociedad de consumo.

Así mismo, la situación en que habían quedado las economías de los países del viejo continente dio lugar a un acercamiento entre ellos que fue el origen de la Comunidad Económica Europea (CEE), que, a su vez, desembocó en la actual Unión Europea.

Los países agrupados en esta organización instauraron un modelo socioeconómico tendente a garantizar a todos los ciudadanos el acceso a unos niveles básicos de seguridad social, educación gratuita, atención sanitaria, empleo, vivienda, subsidio de desempleo, etc. Estos países experimentaron un gran desarrollo económico, y la mayor parte de sus habitantes han llegado a tener un importante grado de bienestar social.

La emancipación de la mujer

La situación de la mujer ha experimentado cambios notables a lo largo del siglo XX. A ello han contribuido factores como la incorporación de la población femenina al mundo laboral tras la Primera Guerra Mundial, la consecución del derecho al voto, el acceso a los estudios universitarios después de la Segunda Guerra Mundial, y el reconocimiento de su igualdad con los hombres en la legislación de muchos países, si bien no en todos.

El modelo de familia también ha cambiado; sobre todo en los países occidentales, se observa una tendencia hacia una familia más reducida, debido a los modos de vida urbanos, al trabajo de la mujer fuera del hogar y a la disminución del número de hijos por pareja.

La descolonización y el Tercer Mundo

El proceso que tuvo lugar en otros lugares del mundo después de la Segunda Guerra Mundial fue muy diferente.

Los países que habían sido colonias de otras potencias iniciaron la descolonización. Se encontraban en una situación de atraso económico porque las potencias habían explotado sus riquezas durante la época colonial sin promover al mismo tiempo su desarrollo.

Tras la descolonización, se consolidó una nueva forma de dominación, el neocolonialismo, por el que las antiguas metrópolis seguían ejerciendo influencia económica sobre sus antiguas colonias.

Las fronteras de las colonias habían sido trazadas por las potencias europeas de modo arbitrario. Esto supuso la unión o separación forzada de distintos pueblos, tribus o clanes, que, tras la independencia, se enfrentaron en diversas guerras. La mayor parte de los nuevos países surgidos con la descolonización, no solo no superaron sus problemas, sino que vieron cómo se incrementaban. Hoy constituyen, junto con algunos países iberoamericanos, el denominado Tercer Mundo.

La devolución de las colonias

En los últimos años de la década de los 90, algunas colonias, como Hong-Kong, que se independizó de Gran Bretaña en 1997, y Macao, que se independizó de Portugal en 1999, fueron devueltas a China.

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