Las formas políticas de las civilizaciones del Oriente Medio

Los habitantes del Oriente Medio solían agruparse en dos tipos de comunidad política: los que poblaban los llanos bien cultivados estaban asentados en ciudades que mantenían su independencia política; en cambio los grupos de pastores y cazadores que vivían en los bordes montañosos y desérticos, eran nómadas o seminómadas y con frecuencia se dejaban caer sobre las ciudades más ricas a las que contemplaban como una fuente segura de botín. En las ciudades independientes el tipo de gobierno siguió de cerca el modelo de gobierno elaborado en las ciudades sumerias del III milenio a.C.

Pero sobre todos los territorios de la zona se cernía con frecuencia la amenaza de alguna ciudad o de algún pueblo que aspiraba a controlar una región lo más extensa posible con una doble finalidad: dominarla políticamente y cobrarle tributos. El mecanismo de este tipo de conquistas solía ser siempre bastante parecido: cuando un rey y su ejército se creían suficientemente poderosos para vencer a sus vecinos pasaban al ataque, si lograban vencer establecían un dominio que se mantenía por la fuerza hasta que la sublevación de una ciudad dominada o la invasión de un pueblo nómada acababa con el imperio creado por la guerra.

A lo largo de la historia del Próximo Oriente se dieron varios casos de Imperios organizados según este modelo. Unas veces era una ciudad -como fue Ur durante la III dinastía o Babilonia en el reinado de Hammurabi- la que creaba un imperio. La organización de estos imperios la conocemos a través de los documentos: las ciudades dominadas eran gobernadas por un delegado del rey que se encargaba de cobrar los tributos, administrar justicia e imponer la autoridad en su territorio; el rey mantenía el contacto con estos gobernadores mediante unos funcionarios que transmitían las órdenes del gobierno central e informaban a éste de los problemas que encontraban en la zona visitada. Normalmente todos los auxiliares del rey en las tareas de gobierno solían ser gente de carrera, escribas que habían hecho estudios especiales para desempeñar sus funciones. Este tipo de imperio se caracterizaba por lo complejo y bien trabado de su sistema administrativo.

Hay otros casos en los que el dominio lo ejerce un pueblo en el que existe una casta de nobles que son a la vez terratenientes y guerreros y que, dirigidos por su rey, conquistan y cobran tributos en territorios extensos y ricos. Éste es el caso de los imperios creados por dos pueblos indoeuropeos: los hititas del Asia Menor y los persas de Irán.

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