Los primeros núcleos urbanos

Si bien fue en Oriente Medio donde surge el Neolítico, porque aquí se dio el paso de una sociedad de cazadores-recolectores a otra de agricultores-pastores, también se observa en esta misma zona el salto de una sociedad rural de pastores-agricultores a una sociedad urbana, con toda la complejidad de relaciones políticas, sociales y económicas que le son propias.

1. El tránsito de los núcleos rurales a los urbanos en la Baja Mesopotamia

Los territorios de la Baja Mesopotamia (sur del actual Irak) estaban constituidos en la Antigüedad por las tierras de aluvión acarreadas por las aguas de los ríos Tigris y Éufrates, que constituían un terreno encharcado e inestable de pantanos y cañaverales. Estas tierras, difíciles de cultivar, fueron colonizadas mucho más tarde que las de los bordes montañosos del norte (los restos de Jarmo son el VII milenio a.C. y el poblado más antiguo del sur de Mesopotamia, Eridú, es de fines del VI milenio).

A través de los restos de los primeros poblados de la Baja Mesopotamia (Eridú, El Obeid) se advierte que, en esta zona, el Neolítico evolucionó rápidamente. Aparecen nuevos elementos:

  • Cerámica hecha a torno

  • Objetos de cobre obtenidos ya por un procedimiento de fusión del metal

  • Adobes fabricados con molde

  • Una construcción empieza a destacar: es el templo, el primero de los de Eridú es sólo una habitación de 3 x 3 ms, pero más tarde llega a tener 26 x 16 ms y se levanta ya sobre una plataforma construida artificialmente

Todos estos elementos indican un nivel técnico superior al neolítico anterior y una mayor acumulación de riqueza. ¿Cómo se explica esto? Parece que el fenómeno se debe a que los campesinos de esta región aprendieron a controlar el agua, porque las tierras de esta zona eran fértiles pero para poder cultivarlas era preciso:

a) aprovechar el agua necesaria para el regadío;

b) expulsar el agua sobrante mediante canales de drenaje.

Ésta debió ser la obra de los campesinos de la Baja Mesopotamia entre fines del VI milenio y mediados del V milenio a.C. El resultado fue la puesta en cultivo de tierras muy fértiles mediante una acumulación de técnica y de trabajo; como consecuencia de ello, pudo nacer una sociedad urbana porque no era preciso que todos cultivaran la tierra para que todos pudieran comer. En una sociedad urbana existe una especialización en el trabajo de forma que ya nadie es autosuficiente como lo era una familia en un pequeño núcleo de campesinos que producía todo lo indispensable para vivir.

2. La organización de las primeras ciudades de la Baja Mesopotamia

Las excavaciones en la Baja Mesopotamia ponen al descubierto unos restos pertenecientes al IV milenio a.C. que ya pueden ser calificados de urbanos. Las primeras ciudades conocidas: Umma, Lagash, Kish, Nippur, Ur y Uruk, son conjuntos de casas rodeados de murallas que ocupaba ya superficies relativamente extensas (Uruk cubría una superficie de unos 5 km² y estaba rodeada por una muralla de 9 km de longitud). Estas ciudades estaban rodeadas de terrenos bien cultivados y drenados, en los que a veces aparecían pequeños poblados de agricultores; más allá de esta zona estaba la tierra de nadie: regiones pantanosas e incultas que hacían de frontera con los territorios de la ciudad vecina.

Los restos arqueológicos que han aparecido en estas ciudades indican: un gran desarrollo en la técnica de la cerámica, la metalurgia y la construcción, pero, además, un nuevo invento viene en nuestra ayuda para conocer mejor el desarrollo de dichas ciudades: aparece la escritura.


Estandarte de Ur - Museo británico de Londres
Uno de los restos arqueológicos más antiguos que conservamos del pueblo sumerio es este estandarte de Ur. Se trata de una pieza de arte decorativo: es como un mosaico formado por ensamblaje de piezas de lapislázuli y de concha.

Así, interpretando los restos arqueológicos a la luz que proporcionan los primeros documentos escritos, se puede trazar este cuadro aproximado de lo que debieron ser estas ciudades, entre mediados del IV milenio y mediados del siguiente:

※ La lectura de los documentos nos da a conocer un idioma misterioso: el sumerio. Se trata de una lengua perdida, que ha sido reconstruida con el auxilio de los documentos hallados en las excavaciones; el pueblo que la hablaba -el pueblo sumerio. fue el creador de esta primera civilización urbana.

El centro económico, político y religioso de las ciudades sumerias era el tempo. Las excavaciones descubren ya importantes recintos dedicados al culto de las divinidades (Templo blanco y Templo de caliza en Uruk) y los documentos revelan algo insólito: el templo era no sólo un lugar de culto sino también un gran centro productor y administrador de riquezas.

Vamos a analizar, con un cierto detalle, el funcionamiento del templo sumerio:

  • El templo poseía importantes propiedades de tierras cultivables (un templo de Lagash tenía 4.465 hectáreas) y en ellas se cosechaban trigo, cebada, uvas, dátiles y sésamo.

  • También eran propiedad del templo abundantes rebaños de cabras, ovejas, asnos y cerdos.

  • Además junto al templo existían talleres en los que una serie de obreros especializados fabricaban pan, cerveza, tejidos, pieles curtidas, objetos de madera y de metal, cerámica, joyas...

  • Muchas de las materias usadas en estos talleres debían ser traídas de fuera del país (metales, madera, lapislázuli, cornalina...) y tenían que ser adquiridos a cambio de los productos acumulados en los almacenes del templo.

  • El trabajo, en la tierra o en los talleres, era realizado por hombres libres que eran recompensados por su trabajo según dos sistemas: normalmente se les asignaba una parcela de tierra de la que sacaban una cosecha para su propio consumo, pero además, con frecuencia, se les distribuían, a modo de salario suplementario, una parte de los productos guardados en los almacenes del templo.

  • La organización de este complejo mecanismo económico, con todos los procesos de producción y distribución, estaba en manos de unos funcionarios del templo -los sacerdotes- que se ocupaban del culto y de la administración económica, y que debían vivir también de las reservas acumuladas en el templo.

  • El jefe de los sacerdotes -al que los documentos más antiguos llaman "En", que significa "señor"- era a la vez jefe religioso y jefe político de la ciudad y administrador supremo de las riquezas del templo.

※ La primitiva autoridad sacerdotal del En, que en nombre del dios dirigía la vida de la ciudad, fue sustituida al llegar al III milenio a.C. por otro personaje al que se da el título de Ensi o Lugal (palabras que ya podemos traducir por rey). Este cambio de nombre implica un cambio en el poder político: el Ensi es el hombre que acumula en sus manos el gobierno de la ciudad y que tiene bajo su autoridad a todos sus habitantes incluidos los sacerdotes y su jefe supremo.

¿A qué puede ser debido este cambio en la atribución del poder político? Los documentos permiten aventurar esta explicación: a medida que las ciudades fueron creciendo empezaron a tener problemas con las ciudades vecinas, normalmente por el dominio de tierras cultivables; es entonces cuando la defensa de la ciudad y de su territorio se convirtió en la gran preocupación de sus habitantes. En estas circunstancias la organización del ejército se hizo algo vital y su jefe empezó a acumular poder y autoridad; así se explica que el poder de los sacerdotes fuera sobrepasado por el poder de los militares: el Ensi era ante todo un jefe militar.
Así comprobamos la existencia, en las ciudades sumerias, de un hecho básico en toda civilización urbana: la acumulación de excedentes agrícolas que permiten crear distintas actividades no agrícolas, unas productivas (artesanos), otras administrativas (sacerdotes), otras militares (el rey y sus soldados).

El Ensi se ocupaba básicamente de defender el territorio de la ciudad, vigilar el mantenimiento de los canales y proteger al templo y a los sacerdotes. Para realizar estas funciones el rey necesitaba disponer de riquezas y éstas se las proporcionaba una enorme propiedad agrícola, cuya explotación se hacía de forma parecida a la de los templos. Del fruto de esta propiedad vivían el rey y su familia, sus auxiliares y sus soldados.

Comentarios

Entradas populares de este blog

La polis de la época arcaica (siglos VIII-VII a.C.)

La Prehistoria: una larga etapa

La aparición del fenómeno urbano