La tumba del faraón Horemheb
El rasgo más característico y original de la religión egipcia lo constituyen los ritos y creencias en torno a la vida de ultratumba. Los egipcios creían que el hombre tenía la posibilidad de una supervivencia feliz después de la muerte, en el reino del dios Osiris. Para conseguir esta supervivencia era preciso cumplir dos condiciones: que se conservara "algo" del muerto (su cadáver embalsamado o sus imágenes) y que éste superara un juicio moral ante el tribunal de Osiris en el que se pesaban sus buenas obras. En esta fotografía se ve el interior de una tumba egipcia, del faraón Horemheb de la XVIII dinastía (hacia 1340 a.C.). A la derecha aparece el faraón delante de un personaje vestido todo de blanco; es Osiris, al que siempre se representaba totalmente envuelto en vendas como un cadáver embalsamado. A la izquierda está el mismo dios, Osiris, en su trono, y detrás de él otras dos divinidades: Anubis (el dios-chacal) y Horus (el dios-halcón, hijo de Osiris).
Comentarios
Publicar un comentario