La civilización micénica

En la Grecia continental existió una antigua civilización neolítica que, hacia el 2600 a.C., ya poseía objetos de bronce. Hacia el 1600 a.C. las excavaciones descubren signos de una invasión violenta (cenizas de incendios) y en seguida aparece una civilización bastante evolucionada; de sus creadores sabemos que:
- Tenían importantes núcleos habitados amurallados edificados en lo alto de colinas (Micenas, Tirinto, Pilos).
- Traían armas de bronce de tipo centroeuropeo y carros de guerra tirados por caballos.
- Pronto establecieron contactos con la civilización cretense tomando de ella la técnica de la pintura al fresco, ciertas formas de cerámica y el sistema de escritura (Lineal B).
La interpretación de estos restos hecha por los historiadores supone que hacia el 1600 a.C. entraron en Grecia, por el Norte, grupos de invasores cuyos jefes se instalaron como señores-guerreros en este territorio llegando a dominar la isla de Creta hacia el 1450 a.C. Estos pueblos se adaptaron más tarde a la vida comercial del mar Egeo y establecieron relaciones económicas con Asia Menor donde llegaron a fundar algunos centros de población.
¿Quiénes eran estas gentes? Las escasas inscripciones escritas en Lineal B, que han podido ser transcritas, reservaban a los arqueólogos una emocionante sorpresa: estaban escritas en una lengua totalmente parecida a la griega. Así se ha podido afirmar que los invasores del 1600 -llamados aqueos- eran ya griegos. Éstos eran, sin duda, los griegos de los que hablaba el gran poeta Homero en su Ilíada y en su Odisea, en las que les presentaba luchando contra la ciudad de Troya, en la costa del Asia Menor, o navegando por el Mediterráneo.
El mundo de la civilización cretense y micénica fue destruido hacia el 1150 a.C. por una nueva invasión, también procedente del Norte, que irrumpió de forma violenta en Grecia: eran los dorios. Estos pueblos son la última oleada griega que penetró en Grecia, muchas gentes huyeron ante su empuje y pasaron a fundar ciudades en las costas del Asia Menor; entre tanto Grecia entró en una etapa de decadencia y atraso de la que saldría penosamente a partir del siglo VIII, cuando los documentos empiezan a ofrecernos noticias más seguras y fidedignas.


La fortaleza micénica de Tirinto tenía gruesos muros formados por enormes piedras de aspecto tosco. En esta fotografía se ve un pasillo dentro de la muralla de dicha fortaleza construido con este tipo de materiales.


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