La crisis de la polis clásica (siglo IV a.C.)
El ideal de todas las polis griegas era la independencia. No estar sometidas a ningún poder exterior. Ahora bien: en el siglo VI las polis griegas del Asia Menor habían caído bajo el dominio del rey de Persia, pero animadas por los griegos de Grecia, estas polis intentaron sublevarse contra el dominio persa, fracasado el intento fueron castigadas con terrible dureza. Entonces los reyes persas concibieron el plan de conquistar y dominar a las polis de la Grecia propia; sin embargo, este proyecto tropezó con la resistencia encarnizada de las dos polis más fuertes: Atenas y Esparta. Las guerras médicas fueron estas luchas victoriosas de los griegos contra el rey de Persia. Aquéllas, una vez salvada su libertad, lograron incluso arrancarle al imperio persa un trato más favorable para los griegos del Asia Menor. Esta larga guerra (490-448 a.C.) obligó a los griegos a un enorme esfuerzo militar y económico; para sufragar estos gastos se creó una alianza de varias polis (la Liga de Delos) en la que todas colaboraban, con dinero, con soldados o con naves, a mantener la guerra. Una vez terminada la lucha, Atenas, que había llevado el peso de la guerra con sus naves, exigió que el tesoro de la Liga de Delos fuese guardado en Atenas y administrado por los atenienses. Algunas polis, que no quisieron aceptar estas nuevas reglas del juego, intentaron salir de la Liga, pero Atenas los castigó obligándoles a permanecer en ella; a partir de aquel momento la Liga de Delos se convirtió, de hecho, en un conjunto de polis griegas (más de 400) que pagaban tributo a Atenas y debían acomodar su política a los intereses de aquella polis. Esta sumisión, incompatible con el orgullo y la independencia de los griegos, fue creando en torno a Atenas un cerco de envidias y odios, que estalló cuando Corinto, rival comercial de Atenas, consiguió arrastrar a los espartanos a una guerra con los atenienses. Esta terrible lucha, la llamada guerra del Peloponeso, en la que participaron casi todos los griegos unidos a uno u otro bando, arrasó el territorio de Grecia durante treinta años (431-404) y sumió a las polis, especialmente a la derrotada Atenas, en una crisis de la que ya no se recuperarían.
Veamos algunos de los elementos de esta crisis:
a) El campesino medio griego salió arruinado de estas guerras: sus olivos y vides fueron arrasados, tuvo que combatir mucho tiempo sin recibir ninguna compensación económica, y al no poder trabajar sus tierras, se vio obligado a vender sus fincas y acudir a vivir a la ciudad. Pero, aun los que no habían perdido sus tierras, habían visto muy reducida su propiedad, porque era costumbre entre los campesinos griegos, el dividir la propiedad entre todos los herederos en partes iguales.
b) El panorama en las ciudades tampoco era muy alentador, superpobladas por gente procedente del campo, con una industria y un comercio arruinados por la guerra, eran nidos de problemas económicos y sociales: faltaba el trabajo a los hombres libres que formaban un proletariado desesperado y dado a todos los excesos revolucionarios. El poco trabajo que había lo realizaban los esclavos (muy abundantes por causa de las largas guerras). En este ambiente de miseria y desesperación, la vida política se convirtió en una perpetua guerra civil, en la que los bandos se destrozaban en una serie interminable de represalias.
La expedición de Alejandro Magno fue, en cierta manera, un intento de sacar a los griegos de semejante atolladero.
b) El panorama en las ciudades tampoco era muy alentador, superpobladas por gente procedente del campo, con una industria y un comercio arruinados por la guerra, eran nidos de problemas económicos y sociales: faltaba el trabajo a los hombres libres que formaban un proletariado desesperado y dado a todos los excesos revolucionarios. El poco trabajo que había lo realizaban los esclavos (muy abundantes por causa de las largas guerras). En este ambiente de miseria y desesperación, la vida política se convirtió en una perpetua guerra civil, en la que los bandos se destrozaban en una serie interminable de represalias.
La expedición de Alejandro Magno fue, en cierta manera, un intento de sacar a los griegos de semejante atolladero.
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