La Casa de Austria: hegemonía y decadencia

1. La rebelión de las Comunidades

La rebelión estalla primero en Toledo y Segovia e inmediatamente después en Zamora, Salamanca, Valladolid, Toro, Madrid, Guadalajara, Soria, Ávila, León, Burgos... Es una rebelión de las ciudades y de la baja nobleza, que se reúnen en Ávila, forman la llamada Junta Santa y elaboran una serie de peticiones al nuevo rey que algunos historiadores han llamado la «Constitución de Ávila», en 1520.
Pronto la Regencia, que dirige Adriano de Utrecht, organiza un ejército contra los comuneros. Sus dirigentes Padilla (por Toledo), Bravo (por Segovia), Maldonado (por Salamanca) y el Obispo Acuña (por Zamora), se dirigen a Tordesillas en busca del apoyo de la Reina de Castilla que les escucha en silencio. Luego marchan a Villalar, donde serían derrotados (1521) por un gran ejército de caballeros y nobles llegados desde Benavente. En Villalar se cortaría la cabeza a PadillaBravo y MaldonadoAcuña sería encerrado en Simancas y ajusticiado cinco años después.
La rebelión de los comuneros ha tenido multitud de interpretaciones. Fue un claro movimiento nacionalista. El enfrentamiento a la nobleza flamenca, al rey extranjero y la defensa de las libertades tradicionales de Castilla fue bien visto por todos.
Pero pronto se vio que era también un movimiento social. De revolución nacional urbana, pasó a revolución campesina antiseñorial por los campos de la meseta. Por ello la nobleza se decidiría a combatirla. Y porque, en cierto sentido, se trataba de un nacionalismo a ultranza, contrario al espíritu universal y hegemónico que alentaba desde el reinado de los Reyes Católicos. La nobleza se había convertido definitivamente en una nobleza cortesana y había olvidado muy pronto su vieja independencia.
La derrota de los comuneros coincide con levantamientos, esta vez claramente sociales en Valencia y en Mallorca. Son las Germanías, que causaron miles de muertos en ambos reinos. Aquí se trató de una clara rebelión antinobiliaria que careció del carácter nacionalista primitivo de las comunidades.
A partir de este momento, comienza una de las más sugestivas etapas de la historia española, bajo la nueva monarquía de los Austrias.

2. Los reyes de la casa de Austria

El gobierno de los Austrias que dura dos siglos (XVI-XVII) abarca la etapa de la hegemonía, y también la de la derrota y la decadencia. Desde mediados del XVI a mediados del XVII, España vive, por otro lado, un momento cultural y artístico inigualable que tradicionalmente se conoce como «El Siglo de Oro».

 Primera etapa: España unida a la problemática imperial  
Abarca el reinado de Carlos I de España y V de Alemania, es decir, de 1517 hasta 1556, en que el Emperador abdica de sus reinos. En esta etapa asistimos a una durísima pugna con Francia y a la defensa de unas concepciones tradicionales del Imperio, frente a los príncipes alemanes. La parición de la Reforma de Lutero (el protestantismo) se mezclará en el conflicto de los grandes señores alemanes. A lo largo del reinado, Castilla se iría convirtiendo en la base económica y militar de sus estados y de la política europea.

 Segunda etapa: La hegemonía española  
Felipe II sucederá a su padre y gobernará toda la segunda mitad del XVI, hasta 1598. Durante estos años el firme y duro rey español tiene que afrontar una serie de problemas prácticamente inabarcables. Convertido también en rey de Portugal (1580), es la cabeza del más formidable imperio conocido. España será el freno de la expansión turca (Lepanto) y sostendrá una dura pugna con Inglaterra por el dominio del Atlántico, que acabará en derrota (La Invencible, en 1588). La rebelión de los Países Bajos unidos a la Corona española en el testamento de Carlos V (que dejará el resto del Imperio a su hermano Fernando I) supone una sangría económica y política para el rey Felipe.

 Tercera etapa: La paz de Felipe III  
El reinado de Felipe III comienza en 1598, hasta 1621. Agotadas todas las potencias europeas, se llega a una fructífera etapa de paz que durará sólo hasta que fallece el rey en 1621.

 Cuarta etapa: Felipe IV y el Conde-Duque de Olivares  
Con el comienzo del reinado de Felipe IV en 1621, ocupa el puesto de valido (favorito al que el rey deja la tarea de gobernar) a el Conde-Duque de Olivares, como lo habían sido bajo Felipe III los Duques de Lerma y Uceda. Olivares intenta resucitar la política hegemónica introduciendo a España en la guerra de los Treinta Años. Con la llegada de las derrotas, intenta una política centralista, eliminando las autonomías y libertades de los diferentes reinos lo que produce una serie de problemas internos. Las paces de Westfalia y Pirineos suponen el desmoronamiento del Imperio.

 Quinta etapa: Carlos II  
El último rey de la Casa de Austria, débil, impotente y en manos de favoritos y de intrigantes palaciegos gobierna desde 1665 hasta 1700 en que muere sin hijos. El trono español pasaría entonces a una nueva dinastía, la de Borbón, de la poderosa Francia de Luis XIV.

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