La acción de España en el Nuevo Mundo: La finalización de la conquista

En una empresa fabulosa, los españoles, en 50 años, exploraron y conquistaron prácticamente todo un continente, fundando ciudades y organizando todo un imperio. La línea de demarcación con Portugal y la situación geográfica de los más ricos y atractivos territorios, les llevó a colonizar, junto con la zona del Golfo de México, toda la franja pacífica del continente, desde California a Tierra de Fuego. El rey de Castilla, Carlos I, ennobleció a muchos de estos aventureros que, en tan breve tiempo, dieron a la Corona tan gigantesco imperio.

1. América

En 1519 se emprende la aventura de rodear el continente, buscando un paso hacia Asia. Magallanes, con cinco naves, bajará hacia el sur, atravesará el estrecho de su nombre y surcará las aguas del Pacífico. Muerto en Filipinas, su segundo, el vasco Juan Sebastián Elcano, arribaría en Sanlúcar, en 1522, con una sola nave, la Victoria. Por primera vez se había dado la vuelta al mundo.

Las tierras del norte serán recorridas por Menéndez AvilésHernando de SotoMoscosoMendozaNuño de Guzmán y Alvar Núñez Cabeza de Vaca, que en un arriesgado periplo atraviesa a pie desde Florida a México.

El sur, más rico y poblado, atrajo muchos exploradores y conquistadores: BenalcázarJiménez de Quesada y Federman llegaron casi simultáneamente a las tierras de Quito y Bogotá.

Centro Arqueológico de Tambomachay (Perú): Las colosales piedras de esta construcción nos hablan de los grandes conocimientos técnicos de la antigua arquitectura inca.

Ordax recorrió Venezuela, que luego Carlos I cedería para colonizar a los Welser, banqueros alemanes. Orellana, y años después el feroz aventurero Aguirre, realizarían una empresa hoy casi imposible: recorrer el Amazonas hasta su desembocadura.

Chile fue conquistado, tras dura lucha con los araucanos, por Almagro y Valdivia. En el Río de la Plata, Solís fundó Buenos Aires llegando por el mar y después la región sería conquistada por AyolaMendozaIrala y RojasJuan de Garay reconstruiría Buenos Aires en 1580.

2. El Pacífico

De los puertos mexicanos del Pacífico, partieron nuevas expediciones. Los vascos Legazpi y Urdaneta descubrieron Filipinas, y fundaron Manila en 1583. Álvaro de Mendaña recorrió los archipiélagos pacíficos y Fernández de Quirós llegó a Nuevas Hébridas y Australia, a la que denominó así para recordar la dinastía reinante en España. Váez de Torres atravesó por primera vez el estrecho de su nombre, ya a principios del XVII.

3. Otros países colonizadores

Hasta estas fechas, es decir, cien años después que los españoles, no comenzaron a llegar a América colonizadores de otros países europeos. Tan sólo Portugal había comenzado la colonización de Brasil. Y apenas hay que anotar las expediciones de Caboto por cuenta de Inglaterra y Cartier por parte de Francia, ambas en el norte.

A partir del XVII, y sobre todo en la segunda mitad, holandeses, ingleses y franceses se asentarían en las zonas costeras de la Norteamérica atlántica y en algunos puntos del Caribe (Jamaica, Curaçao, Guayanas...).

4. El impacto de América en España

La empresa americana fue una obra exclusiva de Castilla. Ni en el enorme esfuerzo realizado ni tampoco en los fabulosos beneficios participaron el resto de los reinos peninsulares directamente, sino sólo a través de la monarquía común. 

La gran población de Castilla y la pobreza de amplias zonas como Extremadura y Andalucía hicieron que fuesen mayoría los habitantes de estas regiones los que tomaron sobre sí el gran esfuerzo colonizador. Ellos dejaron allí sus peculiaridades fonéticas, su típica arquitectura y concepciones urbanísticas, su gusto por el barroco, su característico espíritu religioso. Como zonas durante siglos fronterizas, acostumbradas a la mezcla racial y la convivencia con musulmanes y judíos, los españoles que van a América juntaron su sangre con la indígena, dando origen a una etnia mestiza en amplias regiones americanas, que estuvo también motivada por las restricciones legales existentes para emigrar a América mujeres solteras. Sin embargo, como miembros de una misma corona, también llegaron colonizadores de los demás territorios y reinos peninsulares.

El oro y la plata americanos proporcionarían la base financiera para el mantenimiento de la política hegemónica en Europa, durante toda la época austríaca. Pero también fueron la causa de que no hubiese una preocupación por el fomento de la industria ni del comercio. Así, cuando llega la decadencia, la economía española es incapaz de mantenerse por sí misma, acostumbrada a las remesas de metales preciosos que llegan de América cada año.

La hegemonía europea y la enorme empresa de la colonización americana, realizadas por una monarquía recién formada y de escasamente 10 millones de habitantes, supone una constante sangría, y la emigración de los grupos sociales más jóvenes con más ambición y mayor espíritu de superación. Ello produce un descenso demográfico, en cantidad y también en calidad, en los reinos españoles, sobre todo en Castilla.

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