El mundo actual: globalización y contrastes
1. La aldea global
Además, la velocidad de los medios de transporte actuales y el avance de las telecomunicaciones (fax, telefonía móvil, internet, etc.) han hecho que el mundo sea más "pequeño".
Aunque los rasgos culturales más profundamente arraigados de los distintos pueblos de la Tierra subsisten, las lenguas, las ideas, los valores, las creencias, los gustos y las costumbres del mundo occidental (sobre todo de EEUU) se han extendido por todas partes, formando, así, una cultura planetaria. De ahí que pueda decirse que vivimos actualmente en una "aldea global".
Esta globalización ha favorecido la economía, potenciada por los avances del libre comercio entre los distintos países, proceso al que se incorporaron la mayoría de los estados de Europa del Este e Iberoamérica y los llamados "tigres asiáticos" (Corea del Sur, Taiwan, Hong-Kong y Singapur).
A su vez, los cambios económicos, unidos a los avances científicos, sobre todo en el ámbito de la medicina, han hecho posible el mayor aumento de población conocido en la historia (de 1.650 millones de habitantes en 1900 a 6.000 millones a finales de siglo).
Al tiempo que el planeta se transforma en una aldea global, se vive una época de intensos contrastes:
El mundo ha experimentado un proceso de unificación cultural y económica y, sin embargo, sigue arraigado el sentimiento nacionalista.
Nunca las clases medias habían sido tan numerosas como lo son actualmente en los países occidentales, pero tampoco nunca la desigualdad social había sido tan pronunciada como lo es ahora en otras zonas del mundo.
Nunca había existido tanta diferencia entre los países desarrollados y los subdesarrollados: los excedentes agrícolas conviven con el hambre; el desarrollo de la medicina, con las epidemias, y el bienestar, con la miseria.
Los grandes avances conseguidos por la mujer en las sociedades occidentales en su camino hacia la igualdad contrastan con la situación claramente regresiva que impera en otras regiones.
La conciencia ecológica es mayor que nunca y, sin embargo, el ser humano jamás ha contaminado tanto como ahora.
Pocas veces la ciencia y la técnica habían experimentado un desarrollo tan extraordinario, pero también pocas veces habían sido objeto de tanta polémica.
4. La sociedad de consumo
Se ha creado, así, sobre todo en los países desarrollados, una sociedad de consumo (viajes, centros recreativos, tiendas, etc.) que ha cambiado los valores culturales y sociales, valores que se han extendido a través de la publicidad, los medios de comunicación social y el cine a casi todo el mundo.
También han surgido organizaciones no vinculadas a los gobiernos, las denominadas ONG, como Intermón, Médicos sin Fronteras y Manos Unidas, por ejemplo, que han venido a sumarse a otros organismos tradicionales tan prestigiosos y activos como Cruz Roja o Cáritas. Las personas que proporcionan ayuda humanitaria a través de estas ONG (voluntariado) no cobran por ello. Estas organizaciones están especializadas en diversos campos de actividad: la defensa de los derechos humanos (Amnistía Internacional), la protección del medio ambiente (Greenpeace), etc.
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