Importancia trascendental de una ciudad: Constantinopla - Bizancio

1. La reducción del marco geográfico del Imperio Romano de Oriente a través de sus 1000 años de historia

A principios del siglo V el Imperio Romano de Oriente comprendía las tierras limítrofes del Mediterráneo oriental y el Mar Negro, fundamentalmente Egipto-Siria, Asia Menor, Grecia y los Balcanes hasta el Danubio.

Durante el siglo VI, el emperador Justiniano (518-565) intentó reconstruir de nuevo el Imperio Romano unificando el Mediterráneo. Sus generales ocuparon la Italia de los ostrogodos, el norte de África (Cartago) de los vándalos y las costas mediterráneas de la Hispania de los visigodos. Por un momento el Mediterráneo volvió a ser un mar romano y el Imperio vivió una primera etapa de esplendor. Pero estas conquistas se perdieron rápidamente.

La crisis más grave la sufrió el Imperio durante los siglos VII y VIII. La oleada musulmana ocupó las provincias más ricas: Egipto, Palestina y Siria. Fue trascendental porque el Imperio quedó reducido a las tierras más pobres, agrícola-ganaderas, menos industrializadas. Económicamente el único centro comercial e industrial importante fue, desde ahora, la capital Constantinopla. El Imperio se vio obligado a reorganizarse de modo militar: provincias en función de los cuerpos del ejército (themas), mandados por generales (estrategas).

Gracias a ello los emperadores Isaurios y Macedonios lograron detener el avance musulmán y aplastar la amenaza de los búlgaros que atacaban desde el Danubio. Durante los siglos IX-XI el Imperio vivió una segunda etapa de esplendor.


Los emperadores bizantinos se agrupan por familias. A partir del siglo VIII y hasta el siglo XI, en una época de gran apogeo militar y cultural, las dos familias imperiales son de origen campesino: los Isaurios, de Asia Menor, y los Macedonios, del norte de Grecia. El más importante de todos fue Basilio II Bulgaróctonos (matador de búlgaros) quien, tras una serie de durísimas campañas, destrozó a los búlgaros, seria amenaza para Bizancio. 


Pero no pudo defenderse con éxito de la presión de un nuevo pueblo fronterizo, los turcos, establecidos en Asia Menor e islamizados. A pesar del apoyo inicial de las Cruzadas, el Imperio se fue reduciendo rápidamente; a partir de la segunda mitad del siglo XIV quedó reducido a la capital y algunas tierras costeras del Mar Egeo y del Mar Negro. Desapareció definitivamente el año 1433 cuando el sultán Mohamed II asaltó Constantinopla.

2. Constantinopla

Hasta el siglo VII el Imperio tuvo las ciudades más grandes y ricas del marco mediterráneo: Antioquía, Alejandría, Jerusalén, Tesalónica, Éfeso... Pero ninguna tuvo la importancia de la capital, Constantinopla.

Construida a partir del año 330 por el emperador Constantino sobre una antigua colonia griega, Bizancio, la capital adquirió rápidamente gran importancia gracias a su extraordinaria situación estratégica, junto al estrecho del Bósforo, llave de la ruta marítima Mediterráneo - Mar Negro, y enlace entre Europa y Asia.

La ciudad se levantó sobre una península de fácil defensa (triple muralla de Teodosio), con un gran puerto natural: el Cuerno de Oro. Como Roma, tenía amplias avenidas, varios foros y una zona residencial donde se encontraban el palacio imperial, el senado, el hipódromo, la gran basílica de Santa Sofía y la universidad. Constantinopla fue una ciudad preferentemente comercial. Monopolizó durante varios siglos el comercio de la seda, las especias y los esclavos. Los comerciantes extranjeros tuvieron un barrio propio al lado del Cuerno de Oro: Pera. Su moneda de oro, el sólido, mantuvo durante siete siglos la misma cotización. Pero también fue una ciudad industrial con grandes barrios de artesanos que trabajaban la seda y la orfebrería sobre todo, cotizadas en todos los países mediterráneos.

Fue esta situación estratégica y este valor económico los que la convirtieron en centro del Imperio. Con más de un millón de habitantes, con una riqueza y un nivel cultural extraordinarios, Constantinopla fue durante toda la Edad Media, la ciudad más importante de Europa y del mundo mediterráneo.

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